Exiemos, reflexiones de la primera reunión

Definitivamente, el tiempo no ha pasado para nada en vano.

Ha sido grato vernos las caras –canas y las panzas– de nuevo, más de veinte años después.  Ver representadas la generación noventa, ochenta y setenta nos llena de mucha satisfacción.  Para ser el primer intento, en el esfuerzo boca a boca de pocas personas, no está mal.

No somos los mismos

La vida ha caminado, y nos ha hecho salir adelante en diferentes condiciones.  Ni física ni psicológicamente somos las mismas personas de aquellos días.

Para bien o mal, las formas de vida que hemos adoptado han desarrollado actitudes que nos hacen diametralmente diferentes.  Pero eso somos, no los mismos de hace 26 años, solo nosotros mismos, como debe ser.

Las expectativas de todos varían, por lo que el primer encuentro ha sido eso eso, un primer encuentro con la realidad de lo que pasa en el tiempo.  Finalmente se rompió el hielo y hemos coincidido cerca de 25 personas, los que no pudieron estar por razones de tiempo (o de permiso) seguro se han quedado con esa sensación de haberse perdido la primera, pero seguramente el emprendimiento de no faltar a la segunda.

No somos los mismos, pero somos nosotros mismos.  Con la honestidad de no ocultar lo que creemos y el respeto a los que no comulgan en igual condición de protocolo.

Pero somos la generación ExIemos

No pretendemos que tantos años después todos pensemos de la misma manera.  El individuo recibe formación en su infancia y adolescencia, pero es la lucha por salir adelante que le hace adoptar hábitos, costumbres y sueños que forjan su forma de vida.

Sin embargo nos une una misma razón:

Todos estuvimos allí, compartimos tiempo juntos y años después, todos definitivamente reconocemos que la experiencia de Minas de Oro trajo resultados positivos.  Como lo dijeron varios en su exposición, de no haber estado en el internado, no sabemos que hubiera sucedido con nosotros.

Gracias a todos los que hicieron su esfuerzo para desplazarse varias horas, para en unas breves frases traernos a la memoria esos momentos, carcajadas por la misma historia, que seguro contaríamos de nuevo con igual intensidad.  Los éxitos de uno, son éxitos de todos.  Un Pungui que le ha hecho ganas a la vida, una Antonia que disfruta su familia, una Edith que se multiplica el día para hacer mil cosas, un Curly que encontró en el coraje ganas para triunfar.

¿Y entonces ?

Al final del camino, somos ExIemos.  Y con gusto aceptamos las situaciones irreversibles de aquel recinto olvidado.   Incapaces reconocemos que eso que fue, no volverá a ser de la misma manera.

Cada uno hemos hecho nuestras vidas, a todos seguramente nos ha costado más de lo que esperábamos.  Dios ha sido misericordioso al darnos fuerza, ideas, vida.  

Y a pesar que de forma individual todos hemos hecho algo por ayudar a otros menos afortunados, por transmitir algo positivo de lo que aquellos devocionales o cánticos hicieron dentro de nosotros…

No estamos conformes con que el legado muera… 

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